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A FLOR DE PIEL

 

“A flor de piel” es un diario autobiográfico en el que mi cuerpo es el soporte.

Sobre él escribo la historia de mi vida. Por medio de cosidos reales realizados

sobre la palma de mi mano, retrato los rostros de todas esas personas que, de

alguna forma, me han marcado a lo largo de mi vida; familia, amigos, parejas,

profesores... Sus vidas se han entretejido con la mía para construir mi historia,

una historia que finalizará cuando me quede sin hojas sobre las que escribir.

 

El cuerpo es el soporte de nuestra vida. En él se refleja nuestro entorno y

vivencias. Todas las personas que conocemos nos marcan de alguna manera.

Su imagen se proyecta sobre nosotros, recordándonos de donde venimos. Sus

vidas se convierten en parte de la nuestra. Cada momento vivido se queda en

la memoria para finalmente pasar al olvido. Este hecho, en cierto modo es

doloroso, ya que tan solo quedan los objetos materiales y la huella que las

personas dejan tras de sí.

 

A través de estos cosidos se establece una simbiosis entre la unión, la

separación, el dolor y el cariño.

 

Una acción performática y simbólica de la pérdida; del olvido de un ser querido.

Una acción ritual y a la vez contradictoria entre el deseo y el rechazo, la

dependencia y la independencia en donde al final ya nada queda; tan sólo

huellas de momentos vividos. Un acto temporal adscrito al olvido, que aspira a

su conservación por medio de la huella memorial, corporal y videográfica. Estos

cosidos, son capaces de aproximarme a las personas representan, al pensar

que en su momento mi mano ha sido marcada en un acto de afecto; al pensar

que en su momento mi mano a tocado su mano.

 

David Catá

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